Ya os hablamos de los cerezos y sus ricos frutos, pero hoy queremos mostraros algunas de las peculiaridades y beneficios que puede aportarnos el consumo de cerezas.
La cereza es un fruto que es delicioso fresco, pero que además se utiliza en la elaboración de tartas, mousses, mermeladas, bombones, etc. Generalmente las cerezas de mayor tamaño y color más oscuro contienen más carne y mejor textura además de un sabor dulce. En el caso de que busquemos cerezas ácidas el color a seleccionar es el rojo claro o el rosado amarillento. Te gusten como te gusten, todas tienen algo en común que siempre viene bien saber:
“Reduce las enfermedades”. Las cerezas contienen antioxidantes llamados antocianinas, que le proporciona ese color rojizo a la fruta, y que ayudan al cuerpo a reducir la posibilidad de sufrir enfermedades cardíacas y las apariciones de cáncer. Estas antocianinas de la cereza también pueden reducir la inflamación y los síntomas de la artritis y la gota.
Te ayuda a dormir. Con su contenido en melatonina, las cerezas ayudan a regular el ritmo cardíaco y los ciclos de sueño del cuerpo, logrando un mejor descanso durante la noche.
Aporte extra de vitaminas. Las cerezas son ricas en vitamina C y vitamina E, además de aportar potasio, magnesio, hierro, ácido fólico y fibra.
Aptas para la dieta depurativa. Debido a su aporte de agua, potasio y fibra, las cerezas nos ayudan a eliminar la retención de líquidos por su contenido de potasio y al no tener sodio, se vuelve un compuesto maravilloso para las dietas depurativas.
Como dato final se recomienda incluirla en la alimentación de los niños que todavía no le han crecido los dientes permanentes, ya que contienen calcio, y resultan fáciles de comer y escupir el hueso.