Hablamos casi siempre de cómo cuidar nuestro huerto y jardín, pero ¿y si no tenemos jardín? No necesitamos un gran espacio para disfrutar de las plantas. Gracias a jardineras y maceteros podemos cuidar la mayoría de plantas en cualquier lugar, siempre que la climatología sea la adecuada. Igual sucede con el huerto.
Así que, si no disponemos de terreno, podemos comenzar por adquirir alguna jardinera o macetero donde plantar. Esto nos aporta movilidad y nos permite experimentar con diferentes cultivos. Eso sí, intenta no mezclar especies en un mismo espacio. No todas las plantas tienen el mismo desarrollo y por lo tanto su crecimiento se puede ver afectado.
Que macetero elegir es algo en lo que no sólo influye la imagen del mismo, sino también sus características y su futura localización.
Saber dónde la vas a colocar, en el interior o en el exterior, es el primer paso.Para exterior, mejor elegir una maceta con agujeros que garantice el correcto drenaje del agua. Además ha de ser resistente a las heladas y los rayos del sol.
Para interior, podemos utilizar las mismas que en el exterior además de un surtido más amplio de diferentes materiales.
La maceta de barro o cerámica es la maceta tradicional. Es una de las mejores opciones, ya que mantiene la tierra fresca y al ser un material muy poroso, deja transpirar las raíces.
Actualmente en plástico y resinas existe un surtido mucho más amplio. Destacan por su ligereza, sus posibilidades decorativas y colores. Si se van a colocar en exterior es muy importante fijarse en la calidad de los materiales. Tienen que estar protegidas frente a la decoloración del sol mediante tratamientos y que sean impermeables.
Habitualmente vienen con los agujeros de drenaje marcados. Si vienen sin los agujeros o no queremos que estén abiertos, hemos de colocar una capa de grava para que drene el agua y no se quede la tierra encharcada. Otra opción muy utilizada si no queremos colocar un plato o bandeja debajo del macetero para recoger el agua sobrante, es colocar la planta en una maceta de plástico básica con los agujeros correspondientes y ésta dentro de un macetero decorativo o cubremaceta. De esta forma, el agua no se vierte en la superficie. Eso sí, hay que vigilar que no se quede la maceta interior muy encharcada.
Una vez tengamos nuestros maceteros seleccionados y con las especies que más nos guste, podemos automatizar su riego de forma fácil. Igual que haríamos con nuestro jardín o huerto, el uso de un buen sistema de riego nos ayudará a que nunca les falte agua a nuestras plantas. El uso de programadores de riego es una inversión que suele ser rentable. Tanto por el consumo en agua como en tiempo.
Y si lo que queremos es más comodidad, podemos optar por utilizar macetas con reserva de agua o autoriego, también llamadas hidrojardineras. Permite a las plantas autoabastecerse y ahorrar hasta un 35% de agua. Funcionan mediante un depósito estanco de agua conectado a unos tubos de absorción por los que la planta succiona el agua. Simplemente tenemos que vigilar que siempre haya agua en el depósito.